De Coyoacán a La Condesa: un recorrido por los barrios más emblemáticos y con más historia de México
Para ubicarte en el mapa: las zonas de Quito que debes conocer antes de ir
Ciudad de México es un universo en sí misma: caótica, vibrante, inmensa y llena de contrastes. No es una ciudad, son muchas dentro de una. Desde los canales prehispánicos de Xochimilco hasta las avenidas arboladas de La Condesa, pasando por el espíritu bohemio de Coyoacán o la elegancia moderna de Polanco, cada barrio tiene su propio pulso y carácter. Aquí, la historia y la modernidad conviven puerta con puerta.
Viajar a la CDMX no consiste solo en visitar monumentos: es entender sus barrios, recorrerlos a pie, saborear sus calles y descubrir cómo cada zona cuenta un capítulo distinto de la capital mexicana.
Centro Histórico y Cuauhtémoc: el corazón del antiguo imperio
El Centro Histórico es el punto de partida para entender México. Entre calles adoquinadas y fachadas coloniales se levanta la Catedral Metropolitana, el Templo Mayor y el Palacio Nacional, tres símbolos de un país construido sobre las ruinas de otro. En cada esquina hay historia, desde los tiempos de Tenochtitlán hasta la revolución del siglo XX.
A su alrededor, la zona de Cuauhtémoc late con un ritmo más contemporáneo. Aquí se alza la Avenida Reforma, una de las más emblemáticas del continente, flanqueada por monumentos como el Ángel de la Independencia o el Monumento a la Revolución. Entre rascacielos, museos y cafés, este barrio es el puente entre la historia y la vida moderna de la capital.
Coyoacán: arte, color y espíritu bohemio
Coyoacán conserva el aire tranquilo de un pueblo colonial detenido en el tiempo. Aquí vivieron Frida Kahlo y Diego Rivera, cuyas huellas siguen vivas en la mítica Casa Azul, convertida hoy en museo. Pasear por sus calles empedradas es respirar historia, arte y aroma a café recién hecho.
La Plaza Hidalgo y la iglesia de San Juan Bautista marcan el centro del barrio, rodeadas de mercados de artesanías, librerías, galerías y fondas donde se sirven los mejores chiles en nogada o el tradicional mole poblano. Entre músicos callejeros y estudiantes, Coyoacán conserva su esencia bohemia sin perder autenticidad.
La Condesa y Roma: modernidad y vida urbana
Si hay dos barrios que condensan el lado más moderno y cosmopolita de la capital, son La Condesa y Roma. Con sus calles arboladas, edificios art déco y terrazas llenas de vida, esta zona es el punto de encuentro de artistas, viajeros y jóvenes creativos.
En La Condesa, los parques México y España son oasis verdes entre cafés y restaurantes donde la gastronomía mexicana convive con sabores internacionales. Muy cerca, Roma Norte es pura vanguardia: galerías de arte independiente, bares con coctelería de autor y mercados gastronómicos como Mercado Roma o La Zaranda.
Ambos barrios representan la CDMX del presente: multicultural, creativa y llena de movimiento.
Garibaldi: el alma del mariachi
window.marfeel.cmd.push(['multimedia', function(multimedia) {
multimedia.initializeItem('yt-bEfy14LVxbo-9100', 'youtube', 'bEfy14LVxbo', document.getElementById('yt-bEfy14LVxbo-9100'));
}]);
Garibaldi. La Plaza Garibaldi, en pleno casco histórico, es el escenario donde los mariachis tocan sin descanso, vestidos de charros y rodeados de turistas y locales que se reúnen para cantar, brindar y celebrar.
Aquí también se encuentra el Museo del Tequila y el Mezcal, donde se aprende —y se degusta— la esencia de dos bebidas que son símbolo nacional. Por la noche, Garibaldi se ilumina con luces, guitarras y trompetas. Es imposible visitar la ciudad sin dejarse llevar, aunque sea por una canción.
Xochimilco: la Venecia mexicana
En el extremo sur de la ciudad, Xochimilco guarda uno de los tesoros más antiguos del país. Sus canales y chinampas(islas flotantes) son herencia viva del México prehispánico, donde las comunidades cultivaban flores y alimentos sobre el agua.
Hoy, los visitantes recorren los canales en trajineras decoradas con flores y colores brillantes. Entre música de mariachis flotantes, puestos de comida y vendedores de dulces típicos, la experiencia se convierte en una fiesta sobre el agua.
Además de los paseos, Xochimilco conserva su mercado tradicional y el Parque Ecológico, que protege este ecosistema único y Patrimonio de la Humanidad.