“Sé que puedo vivir sin jugar al tenis, que disfruto mucho de la vida fuera del tenis”, afirma al tiempo que anuncia su vuelta
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tenis, Sara Sorribes pone fecha para su regreso, con una nueva identidad y después de haber superado una depresión que le llevó a alejarse de un deporte en el que comenzó su trayectoria profesional a los 18 años en 2015 y tras haber alcanzado el número 32 del ranking WTA.
Así, Sara Sorribes tiene previsto participar en el próximo torneo WTA 125 de Colina, Chile, que empieza el 17 de noviembre, en el que la tenista española regresará después de un camino personal en el que se ha reconciliado consigo misma tras haber alcanzado uno de sus mejores momentos deportivos en los Juegos Olímpicos de París 2024 con una medalla de bronce en dobles.
De medallista olímpica a parar por una depresión: el duro momento de Sara Sorribes
Sara Sorribes finalizó su participación en la clasificación de la Billie Jean King Cup con un balance de victorias completo tanto en individual como en dobles en abril de 2025. Sin embargo, la tenista de 29 años, natural de la localidad de La Vall d’Uixó en la provincia de Castellón, sería diagnosticada poco después con depresión y su cuerpo le pidió parar.
El Mundo.
Sorribes no podía disfrutar del deporte que siempre había amado y al que se había dedicado desde muy joven, desde su debut profesional con 18 años en 2015. “Perdí esa pasión. Solo quería que pasaran las horas. Era como ir a fichar. No quería estar allí. No quería ir a torneos. Eso, sumado a mucha ansiedad, lo hizo todo muy difícil”, admite.
El camino hacia una nueva Sara Sorribes: “Mucha terapia, reflexión y yoga”
Así, por salud mental, la tenista paraba su trayectoria profesional en el tenis menos de un año después de haber sido medallista olímpica de bronce en dobles junto a Cristina Bucsa, que fue un momento de luz en una época difícil entre lesiones, que no le daban continuidad en su juego.
Guadalajara, en México, la tenista nunca había parado si no era por lesión, y así pasaba por un camino de seis meses en el que la propia Sorribes afirma que “hubo mucha terapia, reflexión interna y trabajo personal” en el que ha seguido entrenando en casa, y conoció su pasión por el senderismo al completar la peregrinación del Camino de Santiago.
Al mismo tiempo, Sorribes da protagonismo al yoga, la meditación, pasar más tiempo en familia e incluso aprender a tocar el piano para regresar al circuito WTA sin atender ya a los resultados: “Si las cosas no van bien, si decido que esto no es lo que quiero hacer, estoy tranquila. Porque sé que hay otras cosas ahí fuera, y ya las he experimentado. Sé que puedo vivir sin jugar al tenis, que disfruto mucho de la vida fuera del tenis. Creo que eso es fundamental para empezar. Cuando llevas menos peso, te sientes mucho más ligera”.